sábado, 29 de mayo de 2010

La Inteligencia Cultural


De nuevo un interesantísimo artículo, que digo artículo, propuesta, que digo propuesta, concepto, que digo concepto, un interesantísimo estudio sobre la cultura, cultura organizacional.
En un mundo cada vez más globalizado, la frase “Saber qué es lo que mueve a los grupos es tan importante como entender a los individuos” es realmente desafiante y a la vez interesante. El que un saltamontes o mejor conocido en Guatemala como grillo, se percibe de manera diferente en Estados Unidos, que en China como en Tailandia es realmente básico pero importante, así como que las acciones humanas, gestos y patrones verbales están sujetas a un rango mayor de interpretaciones (según la cultura), incluyendo algunas que pueden provocar malos entendidos pero también en algunas ocasiones un extranjero tiene un talento casi natural para interpretarlas e incluso duplicarlas es aun más importante e interesante y a esa habilidad le llamamos Inteligencia Cultural o CQ.
Pero no solo los países tienen culturas, también las empresas las tienen y muchas veces muy distintivas. Departamentos divisiones, profesiones y regiones geográficas, cada una tiene una variedad de costumbres, significados, historias y valores que confundirán a un recién llegado, el cual si no está preparado con un alto CQ es muy probable que “tropezará” por lo que un bajo CQ puede volverse una desventaja inherente al individuo.
Una persona con alta inteligencia emocional capta lo que nos hace humanos y al mismo tiempo aquello que nos diferencia unos a otros, mientras que una persona con alta inteligencia cultural puede, de algún modo, desentrañar del comportamiento de una persona o grupo aquellas características que son válidas para todas las personas o grupos, aquellas peculiares a esa persona o grupo y aquellas que no son ni universales ni idiosincrásicas.
Lo importante que es que un ejecutivo pueda manejar las diferentes situaciones que se le presentan en por ejemplo, grupos multidisciplinarios y como lo indicó el psicólogo Daniel Goleman tenga la propensión a suspender el juicio; es decir a pensar antes de actuar y estar libres de estereotipos o prejuicios.
Otra cosa importante es que aunque algunos de los aspectos de la inteligencia cultural son innatos, cualquier persona razonablemente alerta, motivada y preparada puede alcanzar un nivel aceptable de inteligencia cultural.
Las tres fuentes de la Inteligencia Cultural:
Los tres componentes de la inteligencia cultural son: El cognitivo, el físico y el emocional o motivacional, es decir la CQ se ubica en el cuerpo, en el corazón y en la mente.
Mente: Un recién llegado a un nuevo lugar, debe crear lo que llamamos estrategias de aprendizaje, es decir un individuo con alto CQ cognitivo advierte pistas hacía las nociones compartidas de una cultura.
Cuerpo: Una persona no conquistará a sus anfitriones, invitados o colegas extranjeros simplemente mostrando que comprende su cultura; sus acciones y conducta deben demostrar que en cierta medida ya ha ingresado a su mundo. La evidencia de su capacidad para reproducir las costumbres y gestos de las personas a su alrededor demostrará que los estima lo suficiente como para querer ser como ellos.
Corazón: Adaptarse a una nueva cultura involucra superar obstáculos y reveses. Las personas pueden hacerlo sólo si creen en su propia eficacia. Una persona que no se cree capaz de entender a la gente de culturas desconocidas muchas veces se da por vencida cuando sus esfuerzos se topan con hostilidad o incomprensión. Para estar motivada la gente altamente no depende de la obtención de recompensas.
Por lo tanto es realmente importante que la cabeza, el cuerpo y el corazón trabajen juntos:
El ejemplo de compra de la compañía británica Mercury Asset Management por parte de la compañía estadounidense Merrill Lynch, me hizo recordar la compra de BellSouth (compañía estadounidense de telecomunicaciones) por parte Telefónica (compañía de telecomunicaciones española). Yo trabajaba para BellSouth cuando recibimos la noticia de la compra, por supuesto que al principio la noticia me causó cierta incertidumbre, pero hubo muchas personas a las que la noticia fue realmente chocante (mente), tanto así que renunciaron. Luego los que nos quedamos enfrentamos el desafío de llegar a una nueva empresa, la competencia, con otras instalaciones con otras personas, con otra cultura, fue difícil para la mayoría y un buen porcentaje no se pudo adaptar a las mismas (cuerpo). Finalmente algunos compañeros criticaban a los que nos habíamos adaptado más rápido que ellos (corazón) pero leyendo este articulo entiendo finalmente que utilizamos de alguna manera nuestra inteligencia cultural o CQ.
Muy interesante los diferentes perfiles de CQ: El provinciano, el analista, el natural, el embajador, el mímico y el camaleón, pero más interesante aún el saber que se puede cultivar la Inteligencia Cultural y que proveen 6 pasos para hacerlo es realmente fantástico.
Finalmente me quedo con la siguiente conclusión:
¿Por qué algunos pueden actuar apropiada y eficazmente en nuevas culturas o entre personas con orígenes diferentes, mientras que otros no saben qué hacer? Nuestra evidencia sugiere que la respuesta no está en el conocimiento tácito o en la inteligencia emocional o social. Pero una persona con un alto CQ, ya sea cultivado o innato, puede entender y dominar tales situaciones, perseverar y hacer lo correcto cuando haga falta.

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